Por qué a veces no sabes lo que sientes

¿Alguna vez te has preguntado qué te pasa pero no sabes ponerle nombre? No estás sol@. No saber lo que sentimos es más común de lo que parece. Y no, no significa que algo vaya mal contigo. Es simplemente parte del proceso humano.

Solemos pensar que las emociones deberían ser obvias. Que si estamos tristes, lo sabremos al instante. Pero muchas veces lo que sentimos es una mezcla difícil de descifrar. Quizá estás cansad@, frustrad@, un poco ansios@… pero no encuentras la palabra exacta. Y eso puede generarte más ansiedad aún.

¿Por qué ocurre esto?

Hay varias razones por las que puedes desconectarte de tus emociones:

  • Falta de hábito emocional: No nos han enseñado a mirar hacia dentro, ni a ponerle nombre a lo que sentimos.
  • Exceso de pensamientos: A veces pensamos tanto, que dejamos de sentir. Vivimos en modo “resolver” y no en modo “sentir”.
  • Miedo a lo que podamos encontrar: Sentir implica vulnerabilidad, y eso puede dar miedo. Entonces, sin darnos cuenta, lo bloqueamos.

¿Cómo puedes empezar a entenderte?

No necesitas grandes técnicas, pero sí pequeños hábitos constantes:

  • Pausa al menos una vez al día. Pregúntate: “¿Qué estoy sintiendo ahora mismo?”
  • Evita juzgar lo que sientes. No hay emociones buenas o malas, solo señales.
  • Ponle nombre. Usa palabras sencillas: rabia, cansancio, nervios, ilusión… Cuanto más precis@ seas, más claridad tendrás.
  • Escríbelo. Llevar un diario emocional es una forma poderosa de ver tus patrones internos.

Sentir es volver a casa

Aprender a identificar lo que sientes no solo te da claridad. Te devuelve a ti. A tu ritmo, a tus necesidades, a tus decisiones. No se trata de tener todas las respuestas, sino de reconectar con lo que ya está dentro. Porque entender lo que sientes, es el primer paso para vivir mejor.